El Granada paga su afán conservador

El Granada empató ante el Poli Ejido, en un partido donde tuvo las mejores oportunidades para ganar, pero que pagó su afán conservador tras la consecución del tanto de Collantes. Replegó en exceso y lo pagó tras una acción a balón parado, donde los errores defensivos se encadenaron.
Los rojiblancos merecieron mucho más en la primera parte, pues gozaron de claras ocasiones de gol y supieron dominar al conjunto local, obsesionado a sacar la pelota jugada pero demasiado dudoso cuando le toca dar un pase comprometido.
Berrocal fue el mejor del encuentro hasta el descanso, solidario para recuperar el balón y peligroso en ataque. Ighalo fue de nuevo una locomotora en ataque, volviendo loca a la defensa de Óscar Cano.
El Poli no disparó una sola vez a puerta, mientras que el Granada rozó el tanto en los remates de Ighalo y Berrocal, a centro de Collantes, que también pudo marcar en varios tiros algo flojos.
Por posicionamiento y capacidad de presión, los rojiblancos leyeron el encuentro mejor que los locales en el primer acto. Recuperaciones rápidas y salidas vertiginosas son las señas de identidad del bloque de Fabri.
El trabajo colectivo se premió en el minuto 51, cuando un centro de Cámara fue rechazado por un zaguero celeste y el rechace lo empalmó sin controlar Collantes, marcando un tanto de altura.
Tras la culminación, el Granada cometió el error de dar demasiados pasos atrás, dando vida al Poli Ejido, que se sintió liderado para tocar al no recibir el acoso de la presión. Pese a no gozar de grandes opciones, aprovechó un despiste defensivo en una acción a balón parado. Sacó la falta Katxorro al área y Raúl Sánchez remató con un movimiento ligero, sin que José Juan llegara a atajar, demasiado metido en su portería.
Fabri hizo muy tarde los cambios y dejó a los fundidos Benítez y Cámara todo el partido. Las variaciones no alteraron el decorado y el Granada sólo intentó conservar al menos las tablas, que al final se llevó.
El empate deja al Granada a cinco puntos del Melilla. La sensación de equipo fue notable, pero en los últimos minutos se tiró todo al traste, al igual que ocurrió con el Betis B.